Tras
18 años desde que se creó el primer concepto, Daniel Timms, doctor en
Ingeniería Biomédica, y su equipo han conseguido refinar su dispositivo
artificial: el corazón BiVACOR. Es del tamaño de la palma de una
mano, pesa 650 gramos, está hecho de material biocompatible(titanio) por
impresión 3D en metal, funciona con una bomba centrífuga en su
interior(como un disco giratorio) que levita magnéticamente
para evitar la fricción y desgaste, impulsa la sangre en un flujo
continuo y no genera pulso cardíaco, por lo que se trabaja actualmente
en una versión que permita las lecturas rítmicas en monitores cardíacos.
Este dispositivo ha sido ampliamente probado en ganado ovino y vacuno;
así como también, en simuladores del sistema circulatorio humano,
obteniéndose resultados exitosos. BiVACOR espera la aceptación de la
Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos(FDA)
para iniciar su primeras pruebas en humanos durante este año. ➡️ Publicación en IEEE Spectrum: https://spectrum.ieee.org/biomedical/devices/this-maglev-heart-could-keep-cardiac-patients-alive